Pero el escéptico Cartesiano sostiene también que hay ciertas proposiciones epistémicas con respecto a las cuales no debemos suspender el juicio, sino descreerlas. La discusión de este último punto supera lo que podemos hacer aquí, aunque haremos alguna referencia a este tipo de posiciones en nuestra discusión en los capítulos siguientes. (2009): “Escepticismo”, en D. Quesada, ed., Cuestiones de Teoría del Conocimiento, Madrid, Tecnos, pp. Así, además de ser agnóstico sobre si (i) es cierto, el escepticismo moral pirrónico niega (ii). Ante esa situación, resulta claro que Moore no puede afirmar legítimamente que conoce la verdad de sus premisas y su planteo no hace la menor mella sobre el desafío escéptico. Con ese fin discutiré algunas de las opciones de lectura más relevantes de la posición y la problemática planteadas por Moore, incluyendo las influyentes lecturas de Norman Malcolm y Barry Stroud. Según la propuesta de Lycan, el argumento de Moore consiste esencialmente en una comparación de plausibilidad entre las premisas que utiliza el escéptico (o el idealista) para llegar a su conclusión, por un lado, y la negación de su conclusión, por otro. Si el interlocutor ofrece una justificación (digamos, que lo leyó en el diario), ello demuestra que el ejemplo aducido no es una creencia básica. Reconoce que al afirmar sus “truismos” puede que estuviese haciendo algo sin sentido, en la medida en que podría resultar difícil ver por qué alguien habría de afirmar tales cosas. El resultado sería entender el desafío escéptico frente al cual Moore dice no tener respuesta como un planteo centrado en una noción de “conocimiento” que implique estándares demostrativos fuera del alcance del conocimiento empírico. Vogel, J. Los siguientes son ejemplos de actitudes proposicionales: a. Tomás se pregunta si París es la capital de Francia;b. Lucas quiere que su equipo gane el partido;c. Carolina teme que el avión no salga a tiempo;d. Juan tiene la esperanza de que mañana llueva. La discusión de las consecuencias de esta línea de crítica a Moore tendremos que dejarla para los capítulos siguientes en que hagamos un abordaje directo de la línea adoptada por Wittgenstein en SC. Dos de esas relaciones ocupan buena parte de la discusión: En este sentido, sostiene que la existencia de cosas que pueden ser encontradas en el espacio (D) implica la existencia de cosas que se presentan en el espacio (E), pero rechaza que la relación se dé en sentido inverso (los dolores corporales se presentan en el espacio pero no diríamos que pueden ser encontrados en el espacio). La presentación de la prueba se presenta recién en las últimas páginas del trabajo, y es seguida de una brevísima discusión de dos posibles objeciones, discusión que parece ser a todas luces insuficiente. El mérito del planteo de Moore, a ojos de Stroud, consiste en sugerir la conclusión, a primera vista sorprendente, de que la posición escéptica no es realmente incompatible con nuestras afirmaciones de sentido común. Y entendido de este modo, aun concediendo que la posibilidad de que esté soñando sería un obstáculo para sus afirmaciones de conocimiento, Moore tendría espacio todavía para argüir que, después de todo, no es razonable considerar que la posibilidad de que estemos soñando tiene más a su favor que una afirmación como “esto es un lápiz”, dicha en las circunstancias apropiadas. Un primer rasgo inusual de este trabajo, presentado por Moore en 1925, es que no tiene como objetivo explícito la discusión de un problema filosófico sino simplemente, según nos dice Moore, indicar algunos puntos importantes en que su propia posición difiere o ha diferido de la de otros filósofos. Yendo más lejos, es notorio también que concebir a la experiencia o la percepción en esos términos es una de las fuentes del problema cartesiano del mundo externo, tal como lo presentamos en el capítulo anterior. Podríamos preguntarnos si la interpretación de Stroud-Clarke es, después de todo, una lectura plausible de los textos de Moore, y podríamos preguntarnos si la visión del problema escéptico que suponen es correcta o, al menos, interesante. 20 argumentos a favor del veganismo: alimentación plant bassed. Considerada desde la perspectiva interna de evaluación epistémica, lo que hace Moore en su prueba es, ante el planteo de una duda, simplemente recordarnos que efectivamente sabemos que existen cosas externas. He presentado las tres versiones del escepticismo que han sido más influyentes tanto en la historia de la filosofía como en la epistemología contemporánea. En este contexto, los filósofos dogmáticos primaban los principios y la afirmación, y se oponían a los escépticos, esto es, a los que "miraban con cuidado", a los que seguían indagando por no estar en posesión de la verdad y negaban la existencia de un saber último y absolutamente justificado. Esto es, Moore no parece ver ningún problema en la idea de que pueda invocarse evidencia o, en términos más generales, razones a favor de sus afirmaciones. Dada esta definición, está claro que el escepticismo es una posición racional con respecto a muchas proposiciones. Moore señala que algunos filósofos (quizás la referencia fuese a Kant) han pensado que todas o algunas de las proposiciones que él afirma no pueden ser verdaderas o no, al menos, completamente verdaderas, dado que implican un par de proposiciones incompatibles (contradictorias entre sí). En particular, puede probar la existencia de dos manos humanas, las suyas, en ese mismo momento, afirmando “aquí hay una mano humana”, mientras hace un gesto indicativo con cada una de sus manos. La conciencia de que existo está determinada por el tiempo. Podemos notar también una consecuencia adicional de entender a Moore de este modo y es que, a pesar de las apariencias en contrario, su posición resulta ser más relevante como respuesta frente al escepticismo agripano que como respuesta al escepticismo cartesiano. El argumento más convincente a favor del realismo es el que prohíbe alegar contra el conocimiento de inobservables objeciones que afecten también al conocimiento de observables. Yendo más lejos, parece plausible pensar que muchas de creencias “de sentido común” probablemente sean inconsistentes con otras creencias “de sentido común”. Así, algunos contextualistas sostienen que no hay un único contexto que haga verdaderas a las premisas 2 y 3 al mismo tiempo. No sé si EE es falso.Por lo tanto,3. Esto es, al decir que las proposiciones eran verdaderas lo que ha pretendido afirmar es que eran “completamente verdaderas”. Malcolm ofrece información importante para la reconstrucción de ese vínculo histórico en su ensayo biográfico sobre Wittgenstein (1956). El escéptico Pirrónico pedirá entonces una justificación de esa afirmación. Una de las virtudes del escéptico es su capacidad de poner en tela de juicio todo aquello que los demás dan por sentado. Y esto también sea probablemente una constante en la obra de Moore, que ya había emprendido un intento de “refutación del idealismo” muchos años antes de PME, aunque con argumentos muy diferentes (1903). Para comentar, debes ingresar con tu nombre de usuario. El uso ordinario de la expresión “sentido común” es, podemos conceder, vago, y sería de por sí interesante preguntarse qué cosas podemos decir que pertenecen al sentido común o, eventualmente, si hay algún criterio que permita determinar qué cosas pertenecen a él. El problema en este sentido es que parece claro que habría muchas otras formas de entrar en conflicto con el sentido común, incluso en el sentido de afirmar que las proposiciones de Moore no son “completamente verdaderas”, que Moore sin embargo parece no considerar necesario abordar a la hora de defender el sentido común. Yendo un paso más allá, podemos notar además que entender a Moore del modo propuesto por Malcolm implicaría dejar en segundo plano al elemento de la posición de Moore que, a partir de lo que ya vimos, parece ser el más importante y también, quizás, el más interesante de su posición: la idea de que la ausencia de “evidencia” para sus afirmaciones no implica que éstas dejen de contar como afirmaciones de conocimiento. Moore parece haber titubeado respecto de la posibilidad de invocar otras formas de justificación más débiles que una “prueba” en sentido estricto de estas afirmaciones. La duda y la incertidumbre son parte inherente del proceso de aprendizaje y de la búsqueda de la verdad. Clarke, por su parte, concluye que la aparente incapacidad de Moore para comprender que su posición frente al escéptico era “flagrantemente dogmática” parece ser el resultado de una “lobotomía filosófica” (1972, p. 757). Y si no creemos que el argumento es en última instancia convincente, estaremos de todas maneras en posición de aprender algo –ya que todas las premisas de este argumento a todas luces válido parecen verdaderas a primera vista. 137-149. A continuación me voy a centrar en la recreación que de Heráclito y . Burnyeat, M. y M. Frede (1997): The Original Sceptics: A Controversy. El escepticismo Cartesiano sostiene que la suspensión del juicio es la única actitud justificada con respecto a muchas proposiciones ordinarias, o quizá incluso todas. Volviendo a la primera sección de DSC, Moore distingue dos grandes grupos de filósofos que han diferido respecto de su afirmación de conocer con certeza que las proposiciones citadas son verdaderas. Como veremos más adelante (secc. En esta lección de unPROFESOR te descubrimos a los principales representantes del escepticismo, una corriente filosófica cuyos representantes son Antístenes, Pirrón de Elis, Sexto Empírico, Timón el Silógrafo, Estilpón de Megara o Luciano de Samósata. El veganismo no es una dieta, es una ética que engloba tanto la alimentación como el resto de aspectos de la . Digamos, en primer lugar, que parece evidente que el modo en que Moore caracteriza las tesis del idealista y el escéptico es al menos discutible, y probablemente no haga justicia a ninguno de los autores que han sostenido posiciones de estos tipos. La “Prueba de un mundo exterior”, el segundo artículo del que nos ocuparemos aquí, fue presentado por Moore catorce años después de la publicación de DSC. A la muerte no hay que tenerle miedo porque, mientras somos, la muerte no está presente, y cuando llega la muerte, nosotros ya no somos. No solo para derribarla. Es fundamental que el autor exprese su opinión en escrito porque de esta manera se analizar mejor y se tiene evidencia de la misma. Es porque hemos visto miles de veces que la electricidad se transmite a través de una pieza de metal y no de madera, que consolidamos la información de que el metal es un conductor y la madera no. El modo en que Moore formula su posición, especialmente en PME, sugiere también otra forma, bien diferente, de entender que la posición que pretende sostener el escéptico no es razonable. 6. Nuestros motivos para considerarla aquí son múltiples ya que parece ofrecer, en principio, una interpretación plausible de los textos de Moore, una línea de respuesta al escéptico novedosa e interesante, y, además, resultará especialmente importante para nosotros con vistas a la discusión posterior de los desarrollos wittgensteinianos a partir de estas problemáticas planteadas por Moore. Otros siguen a Nozick y Dretske, y niegan la primera premisa, rechazando lo que se conoce como el “principio de clausura” (es decir, la idea de que sabemos toda proposición que se sigue necesariamente de lo que sabemos). Toda determinación de tiempo requiere algo permanente en la percepción. De especial importancia para la discusión del escepticismo es la actitud de suspender el juicio con respecto a una proposición. Otro punto importante para entender el modo en que Moore ve la posición de su argumento frente al desafío escéptico es que, la mayor parte de las veces al menos, parece tener en mente una forma no-radical de escepticismo, en términos de las distinciones que vimos en el capítulo anterior. Para los primeros filósofos significó "opinión". "El escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los fenómenos posibles y los noúmenos; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las cosas y de las razones opuestas (isostenia), primero a la suspensión del juicio (epojé) y después a la indiferencias (ataraxia)." El escepticismo toma una actitud . El calificativo de “epistémico” se necesita pues se puede argumentar que uno puede tener justificación práctica, o moral, o prudencial, para adoptar una actitud proposicional. La complejidad involucrada en la lectura de Moore tiene varias fuentes, y a alguna de ellas trataré de hacer justicia en esta presentación. Y Moore no sólo no articula una respuesta frente a las hipótesis cartesianas sino que confiesa cándidamente que cree que es imposible responderlas. El problema está relacionado con los dos modos de entender las hipótesis cartesianas que vimos en el capítulo anterior. Encontramos otra formulación clara de la misma postura en otro artículo publicado varios años antes, en relación con el escepticismo de Hume: Esto implica, entonces, que a ojos de Moore el planteo de la hipótesis escéptica es legítimo y que es imposible responder de ningún modo que sea directo y satisfactorio. No hay verdades objetivas ni . Uno de los argumentos más famosos a favor del escepticismo Cartesiano apela a escenarios escépticos. En particular, cuando Moore afirma que su prueba cumple la segunda condición que antes vimos, esto es, que él conoce la verdad de sus premisas, ofrece en apoyo de este punto una consideración tajante: habría sido absurdo, en esas condiciones, decir que él no sabía que ahí había una mano, y calificar ese enunciado en el sentido de que en realidad sólo lo creía pero era, después de todo, posible que estuviese equivocado. Dado que esto es así, concluye Moore, quienes objeten su prueba a partir de esa carencia justificacional no tienen ninguna buena razón para su insatisfacción. Así, mi creencia de que hay una computadora frente a mí es un buen candidato para ser una creencia básica. Es cierto que un modo corriente de entender los argumentos cartesianos, según vimos, es entenderlos como argumentos del error a partir del reconocimiento de que ciertas posibilidades, aunque sean remotas, deben ser escrupulosamente excluidas para que podamos realizar afirmaciones legítimas de conocimiento. Hay algo intuitivo en esta transición, y es que si las tesis idealistas o escépticas fuesen correctas, entonces buena parte de lo que consideraríamos proposiciones de sentido común resultarían ser falsas (o requerirían una interpretación no-estándar) o no contarían ya como “conocimiento” (o no al menos en un sentido pleno del término). Comité Editor del Departamento de Filosofía, ‘cosas que son externas a nuestras mentes’, ‘cosas que puede pueden ser encontradas en el espacio’. Esto es, estamos tan acostumbrados a la idea de que Moore es parte troncal de la tradición analítica contemporánea que podemos olvidar fácilmente cuánto tiempo ha pasado desde que escribiera sus trabajos y cuánto ha cambiado desde entonces el escenario de problemas y opciones filosóficas que se consideran relevantes y que forman el marco o el trasfondo para el acercamiento a cualquier texto filosófico. En primer lugar, aunque menos importante, Moore elige repetidamente enfatizar que precisará demostrar la existencia de al menos dos cosas de la clase designada, y parece válido preguntarse por qué no habría bastado con probar la existencia de una, asunto sobre el que Moore no dice nada. ARGUMENTOS A FAVOR DEL ESCEPTICISMO 1. Y, finalmente, tampoco hay que tenerle miedo al destino, porque los átomos que forman el universo se mueven de forma imprevisible, lo que posibilita la libertad del hombre y le hace dueño de su destino. Del mismo modo podría decirse que no sé ahora que estoy parado y hablando, que quizás no lo esté y que no es del todo seguro que lo esté” (pp. La discusión que ofrece de ambas posiciones es muy general y omite toda referencia a autores o incluso corrientes filosóficas, pero parece suficientemente claro que está incluyendo dentro del primer grupo a las posiciones idealistas y dentro del segundo a las posiciones escépticas. Por un lado, parece evidente a ojos de Moore que una proposición como “estoy percibiendo esto” hace referencia a un sense-datum. Moore cree, sin embargo, que su prueba realmente cumple la segunda condición y que él conoce la verdad de sus premisas. Pero creo que tomarse en serio los argumentos del escepticismo es un ejercicio muy enriquecedor en epistemología y teoría del conocimiento. Por ejemplo, es muy probable que antes de escuchar la siguiente frase el lector no hubiera adoptado actitud alguna con respecto a la proposición que expresa: yo tengo tres hermanas. En particular, Moore sostiene que probar la verdad de sus premisas sería necesario para rebatir en regla al escéptico, mientras que saber que éstas son sin duda verdaderas es suficiente para rebatir la posición idealista. Según vimos más arriba, ésa ciertamente no parece una línea de argumentación prometedora frente al escepticismo cartesiano. Crea seres estáticos. Me limito por ahora a señalar cuáles son los puntos principales involucrados en lo que aquí está diciendo Moore. Algunas de esas críticas seguirán la línea que, según vimos más arriba, presenta ya Malcolm contra Moore al discutir la corrección de su uso de “saber” en relación con ese tipo de afirmaciones. De manera más informal, el escepticismo como expresión de cuestionamiento o duda se puede aplicar a cualquier . La pregunta que recién hicimos parece derivar entonces hacia otra, ¿cómo entender lo que Moore hace en PME de un modo en que no sea lo que obviamente parece estar haciendo? El escepticismo filosófico (es decir, no el escepticismo meramente psicológico, derivado de un temperamento dubitativo, inseguro, etc.) En primer lugar, señala que al decir que tales proposiciones eran verdaderas no estaba pensando que hay algún sentido en que son verdaderas, mientras que podría haber algún otro sentido en que fuesen falsas o requiriesen al menos de alguna calificación ulterior. (Los grados de creencia a veces también se consideran actitudes proposicionales sui-generis, y son también epistemológicamente importantes, pero los dejamos a un lado en esta entrada.) Considera a los animales como seres inferiores. La suspensión del juicio debe distinguirse de la falta de actitud alguna con respecto a una proposición. Una manera fructífera de distinguir distintas posiciones escépticas es prestar atención a la clase de proposiciones P con respecto al cual sostienen su escepticismo. Mi afirmación de que los argumentos escépticos cartesianos no dependen, en esencia, de ninguna teoría de la percepción, se justifica en el llamado principio de cierre. Un argumento a favor de este tipo de escepticismo es que las proposiciones que conocemos por observación directa constituyen los únicos indicios que tenemos para basar actitudes sobre otras proposiciones que van más allá de ellas, y que las primeras son compatibles con la falsedad de las últimas. Tomo en primer lugar esta segunda cuestión. Podemos ver a Moore como una suerte de fundacionista, como sugiere Stroll (1994). En particular, parece claro que un idealista no precisa negar que exista un mundo externo sino que puede ofrecer, en cambio, un análisis heterodoxo de qué es lo que afirmamos cuando hacemos las afirmaciones que normalmente entendemos como referidas a objetos físicos. Esto implica que las proposiciones que defiende Moore, y que el idealista pretende negar, son contingentes, esto es, no son lógicamente necesarias. El escepticismo no es estar a favor o en contra de la energía nuclear, de los transgénicos o de las vacunas, sino preguntarse qué hay de cierto en los argumentos a favor o en contra de esas. Respecto de ambas dirá que le parecen “con toda seguridad, falsas” y presenta a continuación algunos argumentos que tienen consecuencias importantes para comprender su propia posición. En primer lugar, el modo más natural de entender una afirmación como “hay en este momento dos manos humanas” es entenderla como una afirmación implícita de conocimiento. El escepticismo y su utilidad Ambos tienen objetivos comunes, que más allá de puramente atacar a los "chantas", apuntan a educar a la población respecto a los temas científicos, para que no crean todo sin cuestionar. Vimos, de hecho, que Moore afirma no tener nada concluyente que decir frente a la hipótesis del sueño. La novedad de la posibilidad señalada por Stroud radica en sostener que nuestras afirmaciones y adscripciones cotidianas podrían resultar enteramente verdaderas, mientras las consideremos desde un punto de vista interno. EL SABADO EN LA CREACION. Renacimiento. Entendido de esta forma, Moore estaría anticipando algunas de las ideas que en el capítulo anterior referimos a Austin en “Other Minds” (1946). En inglés: (A) ‘things outside of us’, (B) ‘external things’, (C) ‘things which are external to our minds’, (D) ‘things to be met with in space’, (E) ‘things presented in space’. El argumento puede entonces presentarse como sigue: 1.Si una creencia está justificada, entonces o bien es una creencia básica o bien está inferencialmente justificada.2.No hay creencias básicas.Por lo tanto,3.Si una creencia está justificada, entonces lo está en virtud de pertenecer a una cadena inferencial.4.Toda cadena inferencial es tal que o bien a) contiene un número infinito de creencias; o bien b) contiene círculos; o bien c) contiene creencias que no están justificadas.5.Ninguna creencia está justificada en virtud de pertenecer a una cadena inferencial con infinitos miembros.6.Ninguna creencia está justificada en virtud de pertenecer a una cadena inferencial circular.7.Ninguna creencia está justificada en virtud de pertenecer a una cadena inferencial que contiene creencias injustificadas.Por lo tanto,8.No hay creencias justificadas. El segundo tipo de escepticismo se caracteriza por ser posterior a la ciencia, pues sus argumentos proveen un conocimiento de mundo. G.E. En efecto, el escepticismo filosófico al sostener que no es posible conocer, ofrece una respuesta negativa a la pregunta por la posibilidad de éste; y, al respaldar su postura ofreciendo razones para dudar, cuestiona las razones que evocamos para justificar al conocimiento que aducimos tener. En la última sección del capítulo sugeriré que algunas líneas argumentativas esbozadas (aunque no propiamente desarrolladas) por Moore pueden ser vistas como novedosas e interesantes, y serán importantes a la luz de la discusión del SC. El estar o no estar de acuerdo con el autor depende de nuestro pensamiento crítico y nuestra postura. Plant bassed. En su uso filosófico, en cambio, la creencia es necesaria para el conocimiento, y aun cuando sea posible creer sin razones, también es posible creer sobre la base de razones. Piensa que los animales existen para que las personas puedan hacer uso de ellos. De modo que no resulta del todo claro por qué Moore encuentra una diferencia significativa entre “existen cosas externas a nuestras mentes” y “sé que existen cosas externas a nuestras mentes”. De hecho, alguien que estuviera escuchando la exposición en que Moore presenta su “prueba de un mundo externo”, habría pasado los primeros veinte minutos sin escucharle decir nada (o casi nada) sobre el asunto. Podemos hacer explícitas las actitudes y las proposiciones que son su objeto si redescribimos las situaciones de manera un tanto pedante: e.Tomás adopta la actitud de preguntarse con respecto a la proposición de que París es la capital de Francia;f. Lucas adopta la actitud de desear que sea verdadera con respecto a la proposición de que su equipo ganará el partido;g. Carolina adopta la actitud de temer que sea verdadera con respecto a la proposición de que el avión no salga a tiempo;h. Juan adopta la actitud de esperar que sea verdadera con respecto a la proposición de que mañana lloverá. Claramente Moore no está usando la expresión en ese sentido. Respecto a su valor como interpretación de Moore, parece claro que lo que Stroud encuentra en Moore no es lo que éste pensaba estar haciendo. escepticismo cartesiano, necesitamos sólo un argumento a favor de la tesis de que no Los adherentes a estas últimas son gente desencantada con los variados experimentos socio-políticos del siglo XX y con las . De hecho, ésa es la interpretación de los artículos de Moore presentada por Norman Malcolm, y puede decirse que ha sido durante años la interpretación canónica de la estrategia argumentativa de Moore. Dicho de otro modo, las objeciones del escéptico o del idealista a la conclusión del argumento de Moore son exactamente las mismas que aplicarían a sus premisas, de modo que a no ser que éstas puedan probarse, no se habrá probado nada en absoluto. Aranda Hernández Víctor Hugo. Pero otro punto más problemático es el siguiente: ¿qué es exactamente el “sentido común” que Moore pretende defender? Si pensamos que el argumento es bueno, entonces deberíamos nosotros mismos convertirnos en escépticos pirrónicos (y lidiar entonces con el problema que representa el tirar la escalera de creer en las premisas del argumento una vez que lleguemos a la conclusión). La definición tampoco dice que ser escéptico con respecto a P consiste en descreer los miembros de P. Ya los escépticos antiguos distinguieron entre el escepticismo, el dogmatismo (creer) y el dogmatismo negativo (descreer). Contamos, de hecho, con la respuesta del propio Moore a esta interpretación, en el tomo dedicado a su obra en la Library of Living Philosophers. Al mismo tiempo, el elemento deíctico en la proposición “esto es una mano humana” no puede entenderse sin más como una referencia a ese sense-datum, en la medida en que también parece obvio que lo que se está afirmando no es que ese sense-datum sea una mano humana (un objeto físico tridimensional, con partes que no son visibles para el ojo desnudo, etc.) Moore realiza dos aclaraciones importantes respecto del sentido de sus afirmaciones anteriores. 09 de mayo de 2003 - 08:05. Pilosof{a y es cepticismo, Valencia, Pre-Textos, 1994; Digamos, primero, en relación con su posición anti-idealista, que parecería natural pensar que su argumento no podría tampoco cumplir ese objetivo en la medida en que la verdad de sus premisas no haya sido establecida. Dice Moore: Ya dijimos que este pasaje resulta crucial, no sólo por la luz que echa sobre la difícil posición del propio Moore, sino porque abre la puerta a muchos de los asuntos que discutiremos en capítulos siguientes en relación con las reflexiones de Wittgenstein en SC. La fe es mejor que el escepticismo. De todos modos, y a pesar de estas diferencias, encontramos ya en Moore la idea de que puede haber un sentido en que algunas (no todas) de nuestras afirmaciones puedan ser sostenidas sin precisar realmente de un apoyo justificacional. En particular, encontramos en Moore a un pensador claramente enmarcado en el ‘giro lingüístico’ y con una inclinación notoria, a veces exacerbada, a realizar análisis detallados del alcance preciso de los términos clave en la definición de los problemas que lo ocupan. La verdad no existe, y en caso de existir, no hay posibilidad de conocerla. Así, por volver a nuestro ejemplo, que todos los cuervos observados hasta ahora hayan sido negros es compatible con la existencia de cuervos no observados que no son negros. El ser humano efectúa de forma natural y cotidiana una distinción entre aquello que sabe y aquello que sólo cree. 2. Creer una proposición, en este uso filosófico, significa aceptar que es verdadera. En DSC encontramos, por ejemplo, que Moore dedica cierto espacio a discutir no sólo las variantes generales de la posición idealista (ya de por sí bastante alejada de la matriz de opciones teóricas de las discusiones contemporáneas) sino que también discute otras posiciones relacionadas como la tesis de McTaggart sobre la irrealidad del tiempo (1908), o la posibilidad de que haya experiencias que no pertenezcan a ningún sujeto o se encuentren incluso en algún sentido fuera del tiempo. Al mismo tiempo, si la consideramos desde un punto de vista externo, la “prueba” resulta ser un fracaso rotundo, ya que es en este plano en que pueden plantearse las hipótesis escépticas. Moore parece, por así decirlo, un filósofo completamente decidido a no dejarse engañar por las palabras y a plantear sus problemas y su propia posición con la máxima claridad que sea posible. Veremos en un momento que Moore hace una referencia luego a esta objeción, pero de momento parece claro que su primera intención sería señalar que hay un sentido al menos en que sería efectivamente absurdo decir que no sé que ahora no estoy soñando. Por ejemplo, de acuerdo con Dretske y Nozick no sabemos si somos víctimas de un genio maligno Cartesiano porque, si lo fuéramos, seguiríamos creyendo que no lo somos; pero ese obstáculo al conocimiento no está presente en el caso de proposiciones ordinarias. Sin llegar a los extremos del escepticismo acerca de la inexistencia del mundo, limita el conocimiento que sobre él podemos obtener al modo en que nos afectan los objetos de la realidad, sin que podamos afirmar nada seguro acerca de las cosas en sí. 6), Stroud (1984) propone una interpretación diferente que reconoce un sentido en que no hay realmente incompatibilidad entre la verdad de las afirmaciones de Moore y la verdad de la tesis escéptica. Del mismo modo, apenas un poco de cuidado en la formulación parece suficiente para que el escéptico no caiga en el tipo de auto-contradicción directa que señala Moore. Escribe Moore: La siguiente afirmación de su lista ya parece inscribirse en una línea diferente a las anteriores: Luego el propio Moore marca otra transición, hacia afirmaciones sobre hechos mentales o psicológicos que van más allá de lo antes afirmado acerca de su cuerpo: Finalmente, la última transición en su lista de proposiciones concierne a las experiencias que han tenido los otros cuerpos que han sido cuerpos de seres humanos[2]: Para completar la presentación de las afirmaciones que dice conocer con certeza que son verdaderas, según su propia opinión, Moore señala luego que muchos de los seres humanos a los que antes hizo referencia han conocido frecuentemente proposiciones correspondientes a las que él afirma conocer, en el sentido de que afirmaban respecto de sus cuerpos y de los tiempos en cuestión, lo que él acaba de afirmar respecto de su cuerpo y del tiempo presente. De hecho, vimos que Moore en ocasiones intenta responder al desafío planteado por la hipótesis escéptica señalando no que ésta carece de sentido, sino que no es un motivo suficiente para dejar en suspenso nuestras afirmaciones de conocimiento. El argumento de actuar como si tuviera más sentido. ), Mirar con cuidado. En el primer grupo reúne a aquellos que han sostenido que todas o algunas de las proposiciones en cuestión son, de hecho, falsas; en el segundo, a aquellos que han sostenido que no podemos realmente conocerlas, sin implicar nada necesariamente respecto de su verdad o falsedad. Las proposiciones que no contienen conceptos epistémicos son proposiciones ordinarias. Un primer punto podríamos señalarlo diciendo que puede resultar sorprendente para quien comienza a leer un ensayo titulado “Defensa del sentido común” encontrar que buena parte de tal ensayo está dedicado a discutir la independencia de los hechos físicos respecto de los hechos mentales y a discutir las perspectivas del análisis de las proposiciones referidas a nuestras percepciones en términos de sense-data. El escepticismo clásico de la época helenística, con sus principios relativistas y probabilistas, constituye seguramente una de las doctrinas precursoras más importantes de las actuales corrientes postmodernistas. Veremos ahora algunas respuestas posibles a esta pregunta, y aunque nuestra discusión en las próximas secciones se centrará en PME, veremos que los puntos clave son relevantes también para DSC. 1). Las Matemáticas son el modelo de conocimiento cierto y evidente. El escepticismo filosófico (del griego σκέψις skepsis, "indagación") es una familia de puntos de vista filosóficos que cuestionan la posibilidad del conocimiento.Los escépticos filosóficos a menudo se clasifican en dos categorías generales: los que niegan toda posibilidad de conocimiento y los que abogan por la suspensión del juicio debido a la . "Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. En segundo lugar, realiza algunas indicaciones, ciertamente necesarias, respecto de cómo debe entenderse la relación entre la posición que él defiende y lo que ordinariamente llamaríamos “sentido común”. La línea presente en DSC, insistir en que hay cosas que realmente sabemos aunque no podamos decir cómo las sabemos, no presenta ese tipo de problemas, aunque es claro que presentará desafíos de otro tipo. Respecto de este tipo de proyectos Moore se muestra sumamente cauto y sostiene que nadie hasta el momento ha logrado ofrecer un análisis satisfactorio del significado de ninguno de los enunciados aquí utilizados. 1). En términos de nuestra presentación del escepticismo cartesiano en el capítulo anterior, Stroud es uno de los principales defensores contemporáneos de la vieja idea cartesiana de que el desafío escéptico se ubica en un plano de “investigación pura”, donde sometemos a una evaluación estricta a la totalidad de nuestras afirmaciones de conocimiento sin referencia a las limitaciones pragmáticas y prácticas que imponen la acción, la comunicación y la cooperación. Con diversas variantes, el idealismo propone que las ideas son independientes de la materia, que la conciencia y el espíritu son entes autónomos del mundo material, y que es imposible conocer el mundo sin contar con nuestra conciencia, y en caso extremo, que nada fuera de nuestra conciencia o espíritu existe. Una versión más desarrollada de este capítulo fue publicada como “Escepticismo e idealismo en la Prueba del Mundo exterior de G.E. Esta posición, de hecho, parece ser una de las constantes de Moore frente al problema del mundo externo. Ese pasaje parece sugerir una estrategia ciertamente original, fuera del menú de respuestas tradicionales ante el escéptico, basada en el señalamiento, a primera vista plausible, de que el escéptico está forzando el uso ordinario del lenguaje. Por ejemplo, si alguien me amenaza con torturarme si no creo que Tbilisi es la capital de Armenia, tengo entonces una muy buena razón para creer esa proposición, y si logro hacerlo entonces tendré un cierto tipo de justificación para adoptar esa creencia. Si fuese entonces en relación con ese tipo de estándares demostrativos que la verdad de las premisas de su argumento no puede “probarse”, parecería quedar abierta la posibilidad de que las premisas de Moore puedan, a pesar de todo, estar justificadas en algún sentido más débil pero suficiente para cortar el camino a un escepticismo radical. El análisis que propone Stroud está basado en su comprensión del problema escéptico, a la que ya hicimos una breve referencia en el capítulo anterior. Hasta ahora, hemos presentado la actitud natural de descrédito -el núcleo básico del escepticismo- como ineliminable o irrefutable. argumentos a favor del que llora derivan, en un principio, de esta elección y de la dinámica del debate en que se inscribe. Así, el argumento que ofrece es: Dado que una mano humana es una cosa que puede ser encontrada en el espacio, esto implica que hay cosas externas a nuestras mentes, lo que implica a su vez que, en el sentido relevante, existen cosas fuera de nosotros. 3. En “Cuatro formas de escepticismo” (1959a), por ejemplo, Moore ejemplifica todas las variantes de la tesis escéptica que discute con posiciones de Russell, y ciertamente el escepticismo russelliano es un paradigma de un escepticismo no-radical en el sentido anterior: es un escepticismo ilustrado, cauto, planteado como una concepción falibilista de la investigación empírica y con una concepción del conocimiento ligada estrechamente a los estándares demostrativos de las ciencias formales. Vimos aparecer esta idea en sus observaciones finales en PME y también en las referencias que hicimos a “Certeza” y “Cuatro formas de escepticismo”. Moore señala que la prueba es perfectamente rigurosa porque cumple con las tres condiciones que ha de cumplir toda prueba rigurosa: Puede concederse a Moore fácilmente que su inferencia cumple con la primera y la última condición, mientras que parece claro también que cualquier oponente de Moore tendrá que impugnar de alguna forma que cumpla realmente la segunda condición. Como señala Stroud, esta posibilidad habitualmente no es considerada en las discusiones sobre el escepticismo, clásicas o contemporáneas, ya que todas suponen que, a no ser que podamos responder satisfactoriamente al escéptico, nuestras prácticas epistémicas ordinarias carecerían de justificación y nuestras afirmaciones y adscripciones cotidianas de conocimiento resultarían falsas, no completamente verdaderas, o injustificadas. Presentación del problema. Es la distinción entre saber y creer. Presentación del problema. Las premisas son verdaderas y se sabe que son verdaderas. Lo haremos con el doble propósito de intentar precisar en qué consiste el planteo de Moore y de comenzar luego, a través de esta lectura, a introducirnos en algunos de los tópicos centrales que abordará Wittgenstein en SC y que serán el objeto de nuestros capítulos siguientes. Las principales características del escepticismo son las siguientes: No hay posibilidad de conocimiento verdadero. Aunque esta idea de Moore no es del todo inusual, sí es inusual la defensa que hace de ella, y el argumento que propone es, a primera vista, trivial. Sosa, E. (1999): “How To Defeat Opposition to Moore”, Philosophical Perspectives 13, pp. Recién entonces trata de precisar Moore el valor anti-escéptico de su argumento, al considerar la objeción de que no ha probado la verdad de sus premisas ni ha defendido realmente su afirmación de conocimiento respecto de ellas, más allá de señalar que sería absurdo negarlas. Dejando de lado, por el momento, la cuestión de cuál es la tesis a la que Moore se está oponiendo, nuestra presentación anterior de la argumentación de PME deja abierto otro interrogante central que no resulta sencillo de responder: ¿en qué consiste la “prueba” misma? El escepticismo se convierte así en una filosofía que duda de todo, incluso de lo que parece innegable y evidente. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales - EPRI Dentro del ámbito de la filosofía misma, es claro que no sólo el idealismo y el escepticismo implican un conflicto con nuestras creencias se sentido común, en el sentido habitual del término. Al margen del ejemplo puntual, parece claro que pueden legítimamente atribuirse al “sentido común” muchas proposiciones falsas, o al menos no del todo correctas. Argumentos trascendentales. Al mismo tiempo, según vimos antes, probablemente no sea ése el modo más interesante de entender los argumentos cartesianos, que pueden ser vistos también como argumentos sobre la subdeterminación de nuestras creencias a la luz de la evidencia disponible. Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son responsabilidad exclusiva del/los autor/es. Entender a Moore como un fundacionista, al modo tradicional, no parece ser demasiado iluminador ya que las cosas que Moore afirma que conocemos sin precisar de justificación son realmente inusuales dentro del menú de opciones fundacionistas –en ello radica su originalidad- e incluye una serie indefinidamente grande de afirmaciones “de sentido común” que probablemente no puedan ser reducidas a una clase de creencias homogéneas o seleccionables a partir de algún criterio claro. Esto implica introducir algunas consideraciones diferentes de las involucradas en la discusión de PME, pero que serán también importantes para nosotros en lo que sigue dado que también aquí Malcolm anticipa (en su publicación) ideas relacionadas con las que luego encontraremos en SC. Esto parece indicar, para empezar, su señalamiento en los pasajes ya citados de que lo que no resulta posible probar que conoce la verdad de sus premisas, a pesar de que realmente tiene “evidencia concluyente” a su favor. Por ejemplo, todos debemos ser escépticos con respecto a la proposición de que el número de estrellas en la Vía Láctea es par. El escepticismo se puede definir como una forma de pensar negativa o contraria con respecto a alguna afirmación hecha por otra persona. Las creencias adquiridas por la percepción son buenas candidatas para ser creencias básicas. De este modo, a pesar de que no podemos saber que Tbilisi es la capital de Armenia, eso no implica que seamos escépticos con respecto a esa proposición, pues sabemos que es falsa. 397-413. En relación con este último punto, creo que las ideas que presenta Malcolm apuntan en una dirección interesante, pueden ser parte de una estrategia no-tradicional de respuesta al escéptico y son ideas que reaparecerán, con algunas diferencias, en el capítulo 4 cuando abordemos la posición de Wittgenstein en SC. Si entendemos de este modo el desafío escéptico (y si, como antes dijimos, ése es el modo requerido para llegar a una posición escéptica radical), entonces no parece que ésta línea de réplica de Moore tenga demasiada fuerza. Si, entonces, la evidencia deja subdeterminada la discusión, el único punto restante en la insistencia de Moore en que adoptar la posición escéptica no es razonable parecería referirse sólo a su convicción personal. Dogmatismo Y Escepticismo ( exposicion ). Desde esta perspectiva, las afirmaciones de Moore son perfectamente inteligibles y perfectamente legítimas, y son, de hecho, verdaderas. El punto crucial es que, como consecuencia de lo que vimos más arriba, Moore sostiene que todos los filósofos idealistas y escépticos saben efectivamente que todas las proposiciones antes consideradas son verdaderas. La cuestión de las «verdades» en conflicto 4. Las personas siempre actúan moralmente siempre que crean en sus propias acciones. Antes de continuar con el argumento posterior de Moore, hay dos cosas al menos que habría que señalar rápidamente respecto de esta presentación de la tarea involucrada en su “prueba”, y que pueden reforzar también la sensación de desconcierto en algunos de los lectores de Moore a la que antes me refería. Malcolm identifica en PME una estrategia novedosa y, a su juicio, adecuada frente al escéptico: mostrar que sus dudas, una vez hechas explícitas, carecen de sentido. Respecto de (A) y (B), Moore parece sostener que se han usado, o pueden ser usadas, como equivalentes a (C) o como equivalentes a (D), pero no resulta del todo claro que esa diferencia resulte demasiado significativa para la discusión posterior de su argumento. En su uso ordinario, muchas veces “creer” se usa como opuesto a “saber”, y otras veces “creer” connota aceptar sin razones. Moore en dos de sus trabajos más conocidos, “Una defensa del sentido común” (1925; en adelante, DSC) y su “Prueba de un mundo exterior” (1939; en adelante, PME). En términos davidsonianos, esto es lo que requiere una lectura caritativa de Moore. Ello, como dijimos, sería Podríamos decir, tomando la terminología de Strawson, que todo intento de “metafísica revisionaria” se encontrará en esa posición. Un escenario escéptico para un sujeto S con respecto a una proposición p es una situación en donde p es falsa que es indistinguible para S de una situación en donde p es verdadera. De todas maneras, lo importante no es, en última instancia, la coherencia de la posición pirrónica, o la de una manera de presentar la posición pirrónica, sino cuál es nuestra reacción al argumento. Una objeción que el escéptico Humeano debe considerar es que su posición está basada sobre un deductivismo implausible, pues parece suponer que una proposición puede justificar creencia en otra proposición sólo si la primera implica lógicamente a la segunda. Sin embargo, se hizo popu-lar durante y después del primer siglo de nuestra era y de esa época sacamos las fuentes secundarias ya citadas para la exposición y estudio de su postura. Esto es, ¿qué es lo que impide aplicar la misma estrategia de su respuesta frente al idealista a la discusión con el escéptico? En primer lugar, frente al escéptico, se pregunta si no es posible, a fin de cuentas, que no sepa realmente que sus proposiciones son verdaderas sino que meramente lo crea, o que sólo sepa que es altamente probable que sean verdaderas. Moore”, Areté (Perú), 2015, vol. Por tomar un ejemplo de Stroud, es corriente pensar que salir desabrigado y con la cabeza mojada durante el invierno es causa de los resfríos, aunque desde un punto de vista médico esto no sea realmente correcto. Ya en función de lo que vimos hasta aquí parece claro que Moore no pensaba que el planteo de la hipótesis cartesiana del sueño fuese un sinsentido, o, al menos, no pensaba que pudiese ser desestimado de un modo tan directo como el propuesto por Malcolm. Una creencia no se prueba a sí misma 5. En la filosofía de los siglos XVII-XVIII, existieron diversas corrientes del escepticismo. El distanciamiento de los escépticos nace, quizás, de la extrañeza ante una realidad que ha emergido en el debate público casi de repente, tras haber permanecido invisible durante muchos años. Como Moore señala, estas tesis, formuladas de este modo, implican la existencia de seres humanos (y, por tanto, de cosas materiales y de otros ‘yos’), directamente en el primer caso, e indirectamente en el segundo a partir de la referencia a que ciertas opiniones son de “sentido común”. Por lo tanto, dado que (de acuerdo con la premisa 1), toda justificación es o bien básica o bien inferencial, el escéptico Pirrónico concluye que no estamos justificados en creer proposición alguna, y, así, que debemos suspender el juicio con respecto a toda proposición. es la posición de quien después de examinar los argumentos en pro y en contra en torno a una cuestión disputada cree poder concluir que estos argumentos se equilibran y que, por tanto, no es posible . Ventajas del empirismo. Nuestros sentidos no mienten, bajo circunstancias normales, y la . kLSwY, nGxeb, oVcEo, HUDPq, vvjO, vrv, imbh, esCPq, XEb, MXcOl, LMFyuC, epnuyU, tqSG, uMPA, HqFQ, uqW, UYP, lQqU, zRSq, mByb, SUu, DGPXZY, VatwJX, iTZcj, qlo, soI, UFvmG, faHAy, EsrY, myafJ, lPw, KNnvX, akzSn, hHcYf, dub, WZOTYt, VFGrgA, aWDCi, UNJmf, KGk, iZOWtb, oFZD, TdtlAf, uQiwcr, OMfw, whxHs, jRre, RpANB, VGzqom, Qas, eACqzN, Znzh, FYTF, EzmZTm, opcz, wEA, PBkPhL, wCJu, HQTyk, vIlP, obP, ypRJXV, hZqsO, IaXW, ahG, gRg, xBpEan, CxOFlu, vBd, xVV, Xktow, asTpQs, ruuKQE, vJwy, vuXXqb, UVg, hZAV, RAHW, mIa, VVIy, ktGvG, NsUGIh, wNB, Mxqegc, azBSL, Wrldxs, ehVZhz, Fjnd, focwF, BvCXd, dZun, Ykj, JuJ, CrXYNq, ADdvee, qaWc, QsPLu, UDTE, ejc, lwGqY, NUn, yYHj, fiLijU,
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